Eduardo Córdova | Febrero 13, 2024
Después de varios años de celebraciones limitadas debido a las restricciones impuestas por la pandemia de COVID-19, este 10 de febrero marcó el inicio de las festividades del Año Nuevo Chino 2024 en China, sin restricciones por primera vez desde el inicio de la crisis sanitaria.
Cada año, el Año Nuevo Chino da inicio con la designación de un nuevo símbolo zodiacal. En el 2024, el año del dragón, la única criatura mitológica entre los 12 animales del zodiaco chino, ha tomado protagonismo. El año pasado fue el año del conejo, y el siguiente será el año de la serpiente. Esta celebración, que tiene una historia que se remonta al menos 3.500 años, es una de las más antiguas del mundo.
Los primeros 11 días de las festividades corresponden al Festival de la Primavera, culminando con el Festival de Linternas, que se extiende hasta el 24 de febrero. A pesar de su duración, solo los primeros 7 días son considerados feriados nacionales, lo que prácticamente paraliza la economía china durante ese período.
Durante estas festividades, las personas participan en diversas costumbres y tradiciones: vestir de rojo, el color de la suerte en China; visitar templos para rezar por salud y fortuna; y disfrutar de espectáculos con bailes tradicionales y presentaciones de fuegos artificiales.
Las cerezas, que representan el 94% de las exportaciones de cerezas de Chile, se han convertido en un regalo popular durante esta época, especialmente para los mercados asiáticos, en particular China, donde se han enviado 373,484 toneladas.
En lo que respecta a los desplazamientos y viajes, otra tradición arraigada en el Año Nuevo Chino, las autoridades chinas esperan aproximadamente 9,000 millones de desplazamientos, un 40% más que el año pasado. Ya se ha registrado un aumento del 25% en el tráfico nacional de pasajeros, con un duplicado del tráfico ferroviario y más de 184 millones de viajes por autopistas en un solo día.
Esta celebración marca un hito al ser la primera vez que se lleva a cabo el Año Nuevo Chino sin las restricciones del plan «cero Covid», que incluía medidas higiénicas estrictas, cuarentenas obligatorias y requisitos para el transporte público. El levantamiento de estas restricciones ha permitido a los ciudadanos chinos disfrutar plenamente de las festividades y reunirse con sus familias para celebrar la ocasión de manera más libre y tradicional.
