Por topinfo – 21 de diciembre de 2023
En la nueva temporada de cerezas australes, la pasión de los chinos por esta fruta sigue siendo un fenómeno único y cautivador. A medida que los primeros contenedores llegan a los mercados mayoristas chinos, la locura se desata, con una «avalancha de compradores» ansiosos por asegurarse de obtener su parte del codiciado «elixir de los dioses». La cereza, impregnada de simbolismo cultural, representa para los chinos buena suerte, felicidad, prosperidad y éxito, haciendo de ella un regalo especial y un símbolo de lujo.
La temporada actual presenta desafíos significativos para los exportadores, especialmente en Chile y Argentina, destacados por la ingeniera agrónoma Betina Ernst. Problemas climáticos, incluyendo lluvias y tormentas, han impactado fuertemente la cosecha, provocando un retraso en la maduración y afectando la calidad de la fruta. A pesar de los esfuerzos por mantener los estándares de calidad, las empresas podrían enfrentar la tentación de exportar cerezas que no cumplen con las exigencias chinas, lo que podría ser un error grave.
La sensibilidad de la cereza a las inclemencias climáticas ha llevado al sector chileno a realizar esfuerzos significativos en logística, desde la contratación de buques rápidos, como los Cherry Express, hasta negociaciones con China para agilizar los procesos portuarios y reducir inspecciones. La calidad y presentación de la fruta se han vuelto aún más críticas, ya que la demanda china ahora no solo busca tamaños XL, sino que exige cerezas Jumbo y aún mayores, resaltando la importancia de que la fruta sea atractiva y llamativa, especialmente cuando se compra como regalo.
A pesar de los desafíos, se espera que Argentina recupere el retraso y aumente sus exportaciones en un 26% con respecto al año anterior. En cambio, Chile enfrentará dificultades para compensar las pérdidas en sus variedades tempranas, y las estimaciones sugieren que las exportaciones podrían ser inferiores a las 400,000 toneladas. El desafío de mantener la calidad en medio de las adversidades climáticas es palpable, y la presión por cumplir con las elevadas exigencias chinas persiste.
Con la fecha del Año Nuevo Chino programada para el 10 de febrero, este año ofrece un margen adicional para los embarques, a diferencia del año pasado, cuando la celebración fue temprana. Esto podría ser un aliado estratégico para las empresas, brindando más tiempo para garantizar la entrega puntual y la calidad esperada en los mercados chinos.
Aunque China sigue siendo el mercado principal, la temporada también plantea oportunidades en otros mercados. Los precios más altos de frutas y las mermas en competidores como arándanos y uvas podrían dar a las cerezas cierta ventaja en Norteamérica y Europa. Sin embargo, el verdadero desenlace se revelará a medida que evolucione la campaña y las empresas afronten los desafíos con innovación y determinación.
Autor: Ing. Agr. Betina Ernst
