LAS PROYECCIONES DEL CONTRATISTA DEL FUTURO

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  PEC Chile - Revista del Cerezo  

Leonardo Cerda: “Yo no soy un ‘transportista’”

LAS PROYECCIONES DEL CONTRATISTA DEL FUTURO

En general los productores ven a los contratistas como un mal necesario. Sin embargo, la realidad está mostrando, nos guste o no, que son actores insoslayables en el desempeño de la industria de la fruta de exportación. En esta entrevista conoceremos la visión de un contratista joven que apuesta por el buen trato para atraer gente al agro y por la profesionalización de la actividad.

              Leonardo Cerda

Leonardo estudia Ingeniería en Negocios Internacionales en la Universidad de Valparaíso, pero -en paralelo- realiza actividades comerciales en el ámbito agrícola. “Siempre me he movido haciendo negocios en el mundo del agro, soy algo así como un comisionista. Compro fruta al por mayor, embalo fruta para exportación, etc. Un día me llamaron preguntando si podía conseguir gente para labores agrícolas y, como me gusta hacer todo bien, me metí al 100%. Partí con 30 personas, luego subí a 50 y este año ya trabajo con algo más de 120”, explica el hoy contratista, que ya lleva dos temporadas en esta nueva actividad.

Como contratista se concentra principalmente en la zona de La Compañía, San Fernando, Requínoa, Codegua y Doñihue. “Si me piden, por ejemplo, 50 personas para un packing, voy personalmente y organizo a la gente, porque yo no soy solo un transportista. Ayudo al cliente a seleccionar el personal que le conviene, ya que finalmente es el que contrata quien toma la decisión, aunque yo lo aconsejo porque conozco mejor a mi gente. Por ejemplo, le presento 12 o 20 embaladoras que estimo le van a funcionar de manera excelente, dos supervisoras capaces de cumplir con lo que se les encomienda, un grupo de buenos paletizadores, un buen cargador, etc. Lo mismo para las labores de cosecha en el campo”, describe Cerda.

“ESTOY FORMALIZADO PORQUE ES COMO SE DEBE TRABAJAR”

Leonardo está constituido como empresa y cumple con toda la normativa y formalismos que exige la ley. Es así que, por ejemplo, está inscrito en el registro de contratistas de la empresa Garcés Fruit. “Ellos tienen un sistema para gestionar a los contratistas y es a lo que debería apuntar toda la industria. Conozco packings y campos en que no hay ningún tipo de contrato de por medio y ninguna formalidad. En el sistema de Garcés Fruit nos exigen la filiación de los trabajadores a la mutual de seguridad y al ISP, el F30 (Certificado de cumplimiento de obligaciones laborales y previsionales), las liquidaciones pagadas, entre varios otros documentos. Es así que el contratista debe cumplir con todo eso antes de que se le cancele el monto acordado, de otra forma no te pagan”, precisa.

-¿Tú estás constituido como empresa?

-Yo estoy formalizado porque creo que es como se debe trabajar y porque hay clientes grandes que nunca te van a contratar si no estás formalizado o si te faltan papeles importantes. Pero también hay casos de packings, por lo general más chicos, en que se trabaja hasta sin factura. Incluso hay contratistas a los que no les ha pagado al no haber contrato de por medio. Así como hay contratistas que no le pagan a su gente.

-¿En general cómo es el trato de los contratistas con sus trabajadores?

-Casi todos los contratistas tienen problema con su gente. He conocido contratistas que ni saludan a los que trabajan con ellos.  En mi caso, trato de mantener un buen ambiente laboral y que mi gente se sienta cómoda en su trabajo, de modo de que yo pueda exigirles que cumplan sus obligaciones laborales. Así mismo, me aseguro de que el cliente los trate bien y de que los tenga cómodos.

-¿Por lo general mantienes a las mismas personas y vas incorporando más con el tiempo o la gente cambia frecuentemente? y, ¿qué haces para fidelizar a tu gente?

-Siempre hay gente que se mantiene y un grupo importante ha trabajado conmigo los dos años. Otros tantos se van y otros tantos se nos van uniendo. Para fidelizarlos recurro a la cercanía y al buen trato. También les doy colación y si el trabajo fue bien hecho, al terminar la faena les invito un asado. He conocido contratistas que tratan mal a su gente y que solo se mueven por la plata. Yo soy más joven y veo esta actividad como una forma de vida que puede transformarse en una actividad más profesional. A futuro quiero ser más que un contratista para llegar a ser una agencia. Esa es mi proyección y mi objetivo será darle valor agregado a la gente. Por ejemplo, hay temporeros que no saben podar. Imagínate que yo les pueda ofrecer capacitación gratis y certificarlos como podadores. En el futuro, para operar como agencia, voy a necesitar incorporar a distintos especialistas, por ejemplo, agrónomos para que le enseñen a la gente cómo hacer bien el trabajo.

LAS VENTAJAS DE UN SISTEMA MÁS FORMAL

“Creo que el sistema completo debería ir hacia la formalización. Con un registro y con beneficios e incentivos para contratistas y temporeros. Como se hace en otros sectores. Todas las empresas y la industria en general deberían ir hacia lo que hacen empresas como Garcés Fruit. Formar una agrupación de contratistas ayudaría a, por ejemplo, en el caso de los contratistas, estandarizar precios y a lograr estabilidad para él y para su gente, pero también permitiría a los productores escoger al contratista que más les conviene. Hay que formalizar la actividad y llevarla -al menos- a un nivel en que la fruta no quede colgada en los árboles, que es el peor escenario y que es a lo que se está llegado”, opina Leonardo Cerda.

-¿Cuál es el perfil de los temporeros agrícolas con que trabajas en cuanto sexo, edad, nacionalidad…?

-Para packing generalmente me piden mujeres de entre 25 a 60 años y en el caso de los hombres, que se buscan más para la cosecha en campo, el rango de edad es más o menos el mismo. También he tenido que trabajar con extranjeros, con venezolanos, haitianos, bolivianos y peruanos. De ellos, pero sin querer meter a todos en el mismo saco, los bolivianos trabajan y se comportan muy bien, al igual que los peruanos, en tanto que los venezolanos y los haitianos han resultado más complicados. Los haitianos partieron bien, pero hoy hay muchos que constantemente están discutiendo las instrucciones, código del trabajo en mano, y entorpeciendo el avance de los grupos de trabajo… Por lo mismo, los productores hoy ya tampoco los prefieren.

-¿Cómo reclutas a la gente que trabaja contigo?

-Por redes sociales, principalmente Facebook, y por el boca a boca entre los mismos trabajadores. No utilizo Instagram porque es para gente más joven. Los más jóvenes trabajan para pagar el carrete en tanto que las personas de más edad trabajan para mantener a la familia y son más productivos. Es lamentable, pero al final la persona que tiene más necesidad cumple más y los prefiero, en tanto que los más jóvenes faltan cualquier día porque -total- la plata es para diversión.

-¿Te relacionas con otros contratistas? ¿Crees que debieran estar organizados como estamento?

-No me relaciono con ellos en términos de negocios, pero sí me ha tocado coincidir con algunos en diferentes situaciones. Personalmente no trabajaría con otros contratistas porque -en general- solo ven el negocio a corto plazo. No se formalizan y no les interesa crecer. Por ejemplo, muchos negocian la poda de una planta en 500 pesos, pero le pagan 120 pesos por planta a sus trabajadores. En mi caso, si me pagan más yo le pago más a mi gente porque me interesa que quieran trabajar conmigo. Otro ejemplo, en un packing hacíamos el turno de la tarde y le pagaba 19.000 pesos por seis horas a mis trabajadores, en tanto que el del turno de la mañana les pagaban 17.000 pesos por ocho horas. Yo les pago bien para que valoren su puesto de trabajo.

-¿Volviendo a los migrantes, los papeles que exige extranjería y la Dirección del Trabajo, te complican administrativamente?

-Para mí ese es un problema y es una de las razones por la que quiero contar con una asistente social en el futuro. Tengo contador, pero para tramitar estos asuntos necesito alguien que se encargue de gestionar la gran cantidad de papeles que se requieren para que un extranjero trabaje legalmente.

EL SUEÑO DE LEONARDO CERDA

“Tengo el siguiente concepto en mente. Quiero crecer en esta actividad y que mi empresa sea grande. Quiero contratar asistente social, sicólogo y técnicos agrícolas para que guíen a los trabajadores. Quiero generar una relación cercana, de valoración mutua, en un buen ambiente laboral. Ofrecerle a la gente trabajar con horarios determinados, que las personas lleven identificación y vistan uniforme de la empresa, que cuenten con elementos de seguridad y sean transportados en buenos buses. Quiero que todo sea más profesional, porque me parece que es lo que corresponde. Esa es para mí la forma de traer más gente al trabajo agrícola”, señala.

Leonardo Cerda explica que su meta es llegar a manejar 1.200 personas. “A futuro quiero llegar a funcionar como una agencia. Mi referencia es la empresa de servicio de aseo industrial y corporativo Maclean, que presta servicio a muchos supermercados, a casinos, a varios centros comerciales, entre otras muchas empresas. Esa empresa de servicio tiene en Rancagua un edificio completo de oficinas dedicado a la gestión de recursos humanos y de la logística para tener equipos de trabajo dando servicio en muchos lugares del país al mismo tiempo”.

-Según tu visión de un futuro con un sistema de contratistas agrícolas formalizados y profesionalizados, ¿las tarifas a los productores deberían subir en consideración a los mayores costos?

-Desde mi planteamiento, si mañana debo invertir más para mejorar mi operación y ser más profesional, de modo de prestar un mejor servicio y dar tranquilidad a los productores, esa tranquilidad tiene un costo. Hoy el sistema de contratistas no da seguridad y un contratista, que así mismo tiene que salir a buscar a la gente, hoy puede llegar o no con las personas que compromete. Mi visión es que los productores van a valorar la seguridad y todo lo que tiene que haber detrás para lograr esa seguridad, por lo que van a estar dispuestos a pagar una diferencia por un servicio que les dé esa tranquilidad.

-Para todo eso es necesario desarrollar y mantener un departamento de reclutamiento y de gestión de recursos humanos. Hay que hacer selección de personal, capacitación del personal, organizar los servicios y los recorridos. Quiero tener un jefe de producción propio para que se encargue de planificar la cantidad de gente y las capacidades que se requieren para sacar adelante, adecuadamente, un trabajo. Hoy todo eso se hace al ojo, ‘yo calculo que con 10 personas lo hacemos’. También hay que resolver formalmente los asuntos legales que son complejos. La contabilidad. Etc. Hoy todo el sistema se resuelve con una minivan o un bus que recoge a la gente, si es que esta llega, y las pone en el campo. A futuro quiero desarrollar un plan estratégico para que todo eso sea automático y se fundamente en una base de datos de personas con contratos de trabajo mucho más estables. Para mover 1.200 personas a las faenas en los campos se requiere de un equipo mucho más grande. No lo veo cerca, pero en estos momentos ya estoy buscando inversionistas.

En los planes de Leonardo incluso está establecer contactos con los consulados de los países que son importantes para el mundo agrícola. Por ejemplo, con Bolivia y Perú, para ver cómo facilitar el acceso de ciudadanos de esos países que quieran en trabajar en agricultura. “Hoy no existe una visa de trabajo temporal, pero la última cosecha quedó la embarrada y los productores están sumamente preocupados, por lo que creo que van a empujar cosas como esa. Ahora que no tienen la gente los productores tienen que valorar más la mano de obra porque, finalmente, puede hacer la diferencia entre ganar millones y perder millones”.

La visión de futuro de Leonardo Cerda es probablemente muy diferente a la del grueso de los contratistas que hoy prestan servicio a la fruticultura, pero es una potente señal de renovación. Es clave que desde las empresas productoras y desde los gremios agrícolas se potencie este cambio de mentalidad, ya que podría ser la fórmula para sumar gente al trabajo agrícola. No se puede dejar sin gestionar o simplemente al destino una actividad que, nos guste o no, está siendo indispensable para el negocio frutícola.



Equipo Prensa
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